En este momento, por la resolución No. 13-2015, de hace un par de semanas, del Ministerio de Medio Ambiente, están cerrados TODOS LOS ASERRADEROS DEL PAÍS, todos los planes de corta forestal, todo proceso industrial que usa madera nacional como consumidores de biomasa, talleres, ebanisterías, empresas de la construcción, etc. No es justo, ni razonable, ni legal pagar todos por los pecadores. Que es lo mismo haciendo una analogía, no es justo que los inversionistas forestales privados, la naciente empresa forestal privada, las cooperativas forestales de pequeños y medianos productores forestales bien asesorados y actuando correctamente en el manejo de sus fincas, sean penalizados, paralizados y suprimidos de un plumazo, por el Ministerio de Medio Ambiente.
El mismo ministerio que junto a la cooperación internacional las ha apoyado y aún las apoya con un efectivo y masivo plan nacional de reforestación “Quisqueya Verde”. El mismo ministerio que las regulariza, que le ha dado un certificado de no objeción antes de establecerse, que le ha dado un “Certificado de Plantación con Derecho a Corte” desde hace 30 años. Ese mismo ministerio que regula y admite los regentes forestales privados, profesionales capaces, de formación y calidad internacional, que elaboran planes de manejo forestal a cada empresa, les dan seguimiento y con ellos hemos asegurado el aumento de la cobertura forestal del país, el fomento de las especies nativas y de rápido crecimiento, la biodiversidad, la conservación y protección de áreas protegidas al ofrecer madera desde fincas forestales productoras de madera, el aumento de la oferta de productos forestales a nivel nacional hasta acercarnos al 20% del consumo nacional en solo 30 años de la incipiente industria forestal local. Este desarrollo forestal ya involucra sectores de transformación secundaria y terciaria de la madera como: ebanisterías, talleres, construcción de alta calidad (apartamentos, camas, puertas, ventanas, muebles), y consumo (biomasa, carbón), hasta tocar compromisos empresariales privados para la exportación, tanto de madera sin aserrar como transformada (carbón vegetal industrial, entre otros). Estimamos en más de 60,000 familias vinculadas a la producción forestal tecnificada, desde el vivero privado, hasta los empleados de zonas francas movidas con vapor de astillas de madera procedentes de fincas forestales.
Es inaudito que ese proceso haya sido abortado, atendiendo a demanda de un pequeño grupo de ambientalistas soñadores ciudadanos, aupados por politiqueros populistas, ignorantes en absoluto de los indicadores del funcionamiento, manejo y dinámica del ecosistema forestal. Mas pudo el populismo, el ser complaciente con demandas infundadas, carentes de pruebas ni de bases ni legales, ni técnicas, ni ambientales ni económicas.
Como es posible que ese mismo grupo de ciudadanos sale acusando al señor Ministro de Medio ambiente, como el único responsable por la sequía continental que sufre el país, como parte de ese continente. Y nadie dice esta boca es mía. Eso queda impreso y con fotos como una noticia más…”verdadera”.
Enda-dominicana sabe que existe corte clandestino de madera, algún plan de manejo mal asesorado y mal ejecutado, permisos por “autoridades” políticas locales de corta sin asidero legal ni técnico que están degradando muchos bosques nativos. Esto puede ser corregido, en breve, si hubiera voluntad y decisión para hacerlo.
Pero esa causa que atañe a menos del 10% de los actores forestales nacionales, NO PUEDE ser causa justa para paralizar iniciativas empresariales de la inversión privada, truncar sueños, dejar sin empleos a más de 60 mil familias que directa e indirectamente dependen de las empresas forestales nacionales legalmente y técnicamente establecidas.
El servicio estatal del gobierno dominicano, divorciado y desconocedor total de los compromisos y la seriedad de una empresa, se olvidó totalmente de que ya estamos en un país diferente a 1967, cuando se cerraron todos los aserraderos del país. Hoy día, hasta la menor cooperativa forestal de humildes campesinos, debe cumplir con un régimen de salarios, prestaciones, impuestos a DGII, primas de seguros de salud, de accidente, liquidaciones, bonificaciones entre otros compromisos que NO ADMITEN INTERRUPCIÓN. Interrumpir varias centenas de empresas privadas forestales desde la micro empresa de los campesinos trabajadores hasta la mega empresa de una zona franca, que dependen de la industria forestal privada, es un verdadero desacierto gubernamental. El caos, el desincentivo para nuevas inversiones, corte clandestino de maderas, el nacimiento de los transportes y aserrados “cocuyos”, pagos de cuotas clandestinas, que ya están operando a falta de regulación legal, son los primeros resultados de esta medida.