“Mi padre es un amante de la naturaleza y mis hermanos y yo le estamos siguiendo los pasos”. Este es el sentir de Antonia Brito, residente en la comunidad Los Jobos, en Zambrana, Cotui.
Ella es parte del equipo que aporta los árboles entregados a los sembradores beneficiados del proyecto Manejo y Conservación de los Recursos Naturales de las Colinas Bajas, una iniciativa de Enda Dominicana, la Federación de Agricultores de Zambrana-Chacuey y Barrick Pueblo Viejo.
Su familia fue la primera en participar en este tipo de experiencia con la llegada de la organización Enda Dominicana a la provincia a principios de la década de los 80. Antonia retorno a los Jobos hace apenas dos años desde Santo Domingo, donde se había retirado a capacitarse en varias carreras técnicas. Hoy dirige el vivero con la mayor variedad de especies de árboles maderables y frutales que se reproducen como parte del proyecto (150 en total).
“Comencé mi experiencia en Enda en el 1983 junto a mi padre, quien aceptó que Enda hiciera todos los experimentos en su finca. Por esa razón somos las únicas personas que tenemos todas las variedades. En la medida que se van reproduciendo en el campo nosotros tomamos las semillas para los viveros y es una forma de que las especies se vayan expandiendo a otras zonas”, explica Antonia.
Como parte del proyecto, Enda adquiere las plantas que producen Antonia junto a su hermano, así como las de los demás colaboradores de las comunidades de la zona, para entregarlas a las más de 5 mil familias beneficiarias directas.
Antonia asegura que este ha sido el legado que su padre le ha dejado y que es el que ella también dejara a su comunidad, al manifestar lo que significa para ella plantar árboles que servirán de sustento para otras familias y como garantía para reforestar la zona.