El turismo es uno de los sectores económicos con mayor crecimiento a nivel mundial durante los últimos decenios. Lamentablemente, muchas veces se desarrolla de manera indiscriminada ayudando al acelerado agotamiento de la biodiversidad en el planeta. A pesar de esto, no todo es negativo ya que existen diversas actividades turísticas sosteniblemente responsables. Una de las formas en la que se pueden realizar dichas actividades es a través de lo que es el turismo comunitario, el cual también puede resultar una excelente estrategia ante el cambio climático. Por esto, les compartimos el presente artículo como una forma de difusión y promoción del turismo comunitario para combatir este fenómeno climático que ha causado graves daños alrededor del mundo.
Para una mejor comprensión del artículo, iniciamos con una breve explicación de lo que es el turismo comunitario, sus bases e importancia.
¿Qué es el Turismo Comunitario?
El Turismo Comunitario es aquel que tiene como finalidad generar beneficios socioeconómicos a las familias emprendedoras turísticas, a la vez busca fortalecer su identidad, su patrimonio cultural y natural. Por medio de esta actividad turística el visitante puede disfrutar de una estancia más auténtica y autóctona, ya que son los mismos visitantes que brindan los diferentes productos y servicios que conforman la experiencia turística. Hoy en día el turismo comunitario está en contaste evolución en regiones como el Caribe, Asia, África y América Latina, permitiendo una participación de los visitantes en las costumbres y hábitos de los lugareños de la comunidad que visitan.
Las comunidades reciben varios beneficios al incursionar en la actividad turística. Aquí podemos mencionar la reducción de la pobreza y mejora de la empleomanía. A esto también podemos añadirle que este enfoque descentraliza la industria del turismo mediante la transferencia de la toma de decisiones a las comunidades. Ya que cuando la comunidad gestiona su propia actividad turística contribuye al desarrollo de productos turísticos regionales y al fortalecimiento de las comunidades locales. Al mismo tiempo, actúa como un estímulo para la producción, transformación y consumo de productos locales, como la gastronomía, entre otros.
El turismo comunitario no solo fomenta que más sitios sean visitados y descubiertos por los viajeros, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas que viven en estos destinos turísticos. Los ingresos generados impulsan el desarrollo de las comunidades y protegen el medio ambiente. Sumado a eso, se impulsa la interculturalidad y la conservación de costumbres de los pueblos. La valoración local de los recursos naturales, el ambiente sano y limpio así como el paisaje escénico en su conjunto, adquieren un mayor interés y valoración entre los comunitarios.
Revalorización del espacio rural para el turismo comunitario
Los recursos intrínsecos de la comunidad son elementos muy valiosos para poder brindar al visitante una experiencia original y propia del lugar. Aquí cabe destacar que las personas interesadas en una propuesta turística que representa verdaderamente el espacio rural son cada vez más exigentes e informados. Por esto, aprecian sobremanera los elementos comunitarios que conforman su patrimonio natural y cultural, siendo clave en la conformación del producto turístico.
Muchas de estas comunidades que practican dicha actividad turística por años han tenido como principal fuente económica actividades tradicionales ligadas al espacio rural, como por ejemplo la agropecuaria. Dicho sector ha sido grandemente golpeado por el cambio climático. Por lo tanto, el turismo comunitario promueve la preservación, conservación y transmisión de actividades tradicionales que necesitan de la naturaleza para continuar. Por esto, a través del turismo comunitario se implementan varias medidas de adaptación al cambio climático en sectores como la agricultura para salvaguardar estos importantes recursos que generan beneficios económicos y sociales a las comunidades.
¿Cómo ayuda el turismo comunitario en la lucha contra el cambio climático?
El turismo comunitario ante la lucha contra el cambio climático puede ser una herramienta efectiva. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo tradicional o de masas presenta una gran vulnerabilidad al cambio climático. Esto principalmente porque contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, una de las causas del calentamiento global. Por lo tanto, es importante que el sector turístico tome medidas para reducir su impacto ambiental y aumentar su resiliencia al cambio climático.
La actividad turística con una gestión a nivel comunitario, como una de varias alternativas, puede ser una forma de lograr estos objetivos. Al involucrar a las comunidades locales en el desarrollo y la gestión del turismo, se puede fomentar un enfoque más sostenible y responsable del turismo. Aquí podríamos mencionar algunas iniciativas para este enfoque, como la difusión de prácticas turísticas más sostenibles, como el uso de energías renovables y la reducción de residuos. Además, el turismo comunitario puede ayudar a diversificar las economías locales y mejorar los medios de vida de las comunidades locales. En resumen, el turismo comunitario puede ser una herramienta efectiva para combatir el cambio climático al fomentar la sostenibilidad turística y mejorar los medios de vida de las comunidades locales.
La biodiversidad en el turismo comunitario
La Organización Mundial del Turismo (OMT) considera que los destinos insulares, de costa y de montaña son considerablemente vulnerables a los cambios ambientales provocados por el clima. Esto se debe a que pertenecen a nichos de mercado turístico que tienen a la biodiversidad como insumo importante. Es aquí donde tiene un rol muy importante el turismo comunitario ante la lucha contra el cambio climático.
La biodiversidad forma parte integral de la oferta de turismo comunitario de muchos países latinoamericanos. Debemos recordar que la biodiversidad es muy sensible a situaciones como los cambios en la disponibilidad de agua, la pérdida de especies de flora y fauna, la degradación del paisaje, las alteraciones en la producción agrícola, la erosión e inundación de las zonas costeras. Además, a los daños en la infraestructura y a una mayor incidencia de enfermedades transmitidas por vectores. Todo esto hace que el sector turismo deba pensar para su misma supervivencia no solo en disminuir sus emisiones y contribuir, así, al Acuerdo de París, sino también en adaptarse.
Casos de turismo comunitario en la región como estrategia ante el cambio climático
Un ejemplo de adaptación es el proyecto de cooperación triangular que se desarrolla entre el Ministerio de Turismo (MINTUR) y la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) de Uruguay, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) de Costa Rica y la Cooperación Española para el Desarrollo (AECID). La finalidad principal de estas iniciativas es realizar un intercambio de experiencias en materia de certificación de sostenibilidad turística de Costa Rica y la adaptación costera al cambio climático de Uruguay. Medidas de adaptación al cambio climático serían incorporadas al Programa Bandera Azul Ecológica de playas, una de las categorías que miden la calidad ambiental en el caso costarricense.
Este país ya está viviendo casos de erosión costera debido al aumento en el nivel del mar tanto en la costa pacífica como en la caribeña. Vale destacar en este punto, que en nuestra República Dominicana existen 24 playas de Bandera Azul distribuidas en 4 provincias. También es importante mencionar el proyecto Diálogo de Saberes Latinoamericanos que ha reunido distintas empresas de turismo comunitario en Costa Rica, Panamá, Colombia y México para intercambiar experiencias y buenas prácticas. Se espera que experiencias renovadoras como estas puedan replicarse en la región utilizando como herramienta de gran poder el turismo comunitario ante la lucha contra el cambio climático.